lunes, 4 de septiembre de 2017

Ocupar el futuro

"Yo soy otro tú. Tú eres otro yo. Y somos un nosotros en el abrazo"


Desde hace tiempo se viene cosechando la idea de que la Democracia es un sistema político-electoral que va quedando obsoleto, o que deja espacios, espacios que no son habitados por la esperanza y que desplazan el miedo, la decepción y el odio. Pero, ¿qué pasaría si dejáramos de ver la Democracia como un sistema político-electoral y lo viéramos como una forma de convivencia? ¿Qué pasaría si por un momento no volteáramos a ver?

Durante cuatro días lo hicimos. Decidimos volver a vernos para hablar de lo que nos duele, de aquello que nos esperanza, y de todo aquello con lo que soñamos. Decidimos que era necesario apostar a la esperanza, pensar que es posible ganar el futuro.
Fueron días de estrés para algunos -sobre todo el staff y equipo de logística-, pero también de ser irreverentes a través de la comedia de los súper cívicos, Manchita, Laura, Memo, Mir, Lalo, Alberto y a través de los memes de Asco. Porque hay que perder la "compostura" hacia aquellos que nos han perdido el respeto; la comedia no es de ser hostiles, es el arte de hacer pensar riendo, de quitarle el poder del "respeto", humanizar al monstruo para demostrar que en nosotros no hay miedo, no hay rencor, en nosotros sólo habita "la alegre rebeldía".

Fueron también días de sentir un nudo en la garganta al recordar el asesinato de Miroslava y la inseguridad que aqueja a esta realidad de secuestros, asesinatos, acoso; pero que al sentirnos acompañados empezamos a vencer ese miedo y pensar que es posible vencer esto que hoy nos aqueja, nos duele y nos censura al hablar de esto: el narcotráfico.
Y lo digo porque para vencerles hay que empezar por el lenguaje, porque no se gana haciéndonos de la vista gorda o pensar que ellxs no pertenecen a nosotrxs, ellxs son un nosotrxs que nos duele tanto y tratamos de erradicarles en lo que nos une: la legitimación  de ser.

También fueros días en los que nos unimos no sólo con el fin de soñar, sino de sentir una necesidad: reemplazarles. Reemplazarles no es una declaratoria de guerra a las personas que habitan los partidos, es una declaratoria contra las formas tradicionales de hacer política -dentro y fuera de los partidos- y les pido no se inquieten ante esta declaratoria, pero si lo hacen, preguntense si no es porque temen perder el privilegio que les ha otorgado las formas tradicionales de hacer política.

Fueron días de abrazarnos en la construcción de una agenda común, pero también de hacerlo desde la chela/pulque, la conversación de sobre un libro compartido, en el baile con música de boda, en la coincidencia en el día de nacimiento y la incansable necesidad de no sentirnos solos ni solas.

Fueron mañanas, días y noches de sonrisas, angustias y la condensación de la alegría en el anuncio de lo que se emprenderá desde Wikipolítica en la búsqueda de representar la agenda construida en La Ocupación desde los espacios del Senado, Cámara de Diputados y Congresos Locales de Yucatán, CDMX y Jalisco.

Fue el momento de exigir una autocrítica, necesaria, a los partidos para recuperarlos y ponerlos al servicio de las personas. Pero también fue el momento de llamar a la crítica a que nos destruya para poder construirnos, no para hacernos oídos sordos ante ella o deslegitimarles. Les necesitamos en lo común y el desacuerdo.


"Aquí estamos. Acompañados, juntas, decididos. Haciendo lo que ellos creían imposible: recuperar la política"


Gracias a quienes tendieron el brazo o el oído en estos días. Les quiero, respeto y abrazo a la distancia y la esperanza de poder construir desde distintos espacios, pero también desde las diferencias que nos hacen.

domingo, 9 de julio de 2017

El SÍ y el porvenir

17, 274 votaron por el SÍ y 4, 868 votaron por el NO. Lo sabemos, lo sabíamos antes de votar cuando distintos actores políticos publicaban en sus redes sociales #SíALaCiclovía. De pronto parecía que la movilidad en Jalisco triunfaba con o sin consulta; un tema tan urgente como la movilidad había sido abandonado por años porque parecía todo estaba escrito: la ciudad es para los carros. Pero la negativa de unos vecinos ante la colocación de una ciclovía haría que por un momento todos abrazaran la bandera de la movilidad.

Al final, triunfó el SÍ, las bicis se alzaron y nos ufanamos de una democracia que pone derechos a votación, en la cual nos des acostumbramos a ganar con anhelo. Es tiempo de empezar a preguntarnos y reflexionar:
¿Qué tanto representa un logro una participación de 22, 146 en un estado como Jalisco?
El rango de edad que más votó fue de 18-35 años y si juntamos la opción "17 años o menos" y la de "18 a 35 años" nos damos cuenta de que la participación es mayor a la de gente con 36 hasta más de 60 años. Ante esto, va otra pregunta que hacernos, ¿votaron más los jóvenes por tener acceso a internet? ¿la consulta se promovió mayoritariamente por internet? ¿Qué tan plausible es el que ganar una consulta sobre derechos?


Con esto no procuro quitarle méritos al SÍ o a la propia consulta. Creo el SÍ nos obliga a comprometernos de verdad con la movilidad, pero de igual manera a entender que esos 4, 868 no son culpables de haber crecido bajo la lógica del automóvil, lógica que tal vez abraza a más de esa cifra, lógica que con la victoria del SÍ debe empezar a romperse y no quedarse en lo corto que puede ser resumir la movilidad a una bicicleta.

Ahora es momento de buscar con esta victoria del SÍ, disputar las demás luchas que conciernen a la movilidad, a la integración y a la ciudad que queremos. Es tiempo de empezar a desincentivar el uso del automóvil con opciones que puedan integrar a todos y todas. Es ahora cuando debemos pugnar por los derechos del peatón (más allá del respeto el terreno apto para transitar), luchemos también por cambios estructurales en el sistema de rutas, de atención y calidad del Transporte Público, al igual que los derechos laborales de quienes manejan las unidades.

Gracias a quienes desde la bicicleta han luchado, pero también  a quienes optan por una movilidad sustentable y la humanización de la ciudad al momento de dejar el carro.
Ganó el SÍ, pero la batalla aún no ha acabado. Es momento de volver a vernos las caras, de volver a sentir ser parte de algo.

domingo, 2 de julio de 2017

La llamada del mañana



Falta menos de un año para volver a ese constante sentimiento de que el país se nos escapa entre las manos, pero hoy las condiciones son distintas y el momento nos demanda que así hagamos que sea.
En medio de lxs desaparecidxs que bien podría llamárseles también invisibles, de una creciente guerra en la que nosotrxs ponemos los muertos y una disparidad económica que ahoga las posibilidades de la escala social o del simple soñar. Sobre este escenario estaremos en menos de un año. Es sobre este escenario en el que muchos saldrán a votar sin esperanza, certeza, o sin ánimo alguno, pero siempre cargando con ese "votar por el menos peor", guardando sus anhelos para depositarlos en alguien más, o en alguna otra elección.

Actualmente el país vive un boom impresionante de organizaciones de la sociedad civil, es motivante y gratificante. Estas organizaciones han entendido algo que los partidos no, o que tal vez no quieran ver: la sociedad está cambiando, está deseosa de participar, de encontrar su lugar; jóvenes y no tan jóvenes han encontrado un espacio para organizarse y crear soluciones o utopías en estas organizaciones, organizaciones que pueden ir de lo rural, hasta lo urbano, de lo cultural y recreativo hasta la búsqueda incansable de la incidencia en la agenda política. Estas organizaciones han recuperado (en su mayoría) el sentido de lo social, o del hacer en sociedad y muchas veces giran sobre aquello a lo que le llamábamos ciudad.
Aunque realmente no todo es color rosa, porque por el carácter de las condiciones socioeconómicas del grueso de la población, estas organizaciones se vuelven lugares para unos pocos que cuentan con el tiempo, un gran privilegio para un contexto en el que el tiempo se va en tratar de ganarse la vida… O perderse la vida a la par del tiempo.  ¿Resultado de qué? Del abandono por nosotrxs y por quienes tienen la deuda desde hace años o campañas de ayudarles a tener un trabajo digno o por lo menos el no encarecimiento de productos de la canasta básica.

Tal pareciera que para estos comicios electorales no hay opción alguna, sólo la obligación de votar contra un partido, sin más ni menos, sin esperanza ni anhelos. Pero, ¿qué pasaría si fuese lo contrario? ¿Qué pasaría si les enviáramos un mensaje contundente a los partidos políticos? ¿Cómo podríamos realizar un "Pacto por México" que contemple a la gente y no a los colores? Yo sólo pido que por un momento dejemos de lado cualquier encuesta, pues nosotrxs somos quienes están contados en ellas; sólo pido por un momento que veamos cómo en los dos-tres últimos años han irrumpido en el escenario político la fuerza de las organizaciones civiles, organizaciones conformadas por ciudadanos (con pasado político o sin) que hartos de no ver sus anhelos en colores ni en votos, decidieron organizarse para tratar de soñar en colectivo.
Es el tiempo. De escucharnos y de poder con todxs construir las ciudades que queremos, el México que merecemos, un México que necesita de la suma de voluntades y esfuerzos de académicxs, pero también de aquel ciudadano que no tiene tiempo para política pues este se le va en tratar de sobrevivir. Y es aquí donde Ahora, Wikipolítica, Por México Hoy, el CNI, #CambiaLaPolíticaYa, Fundación Democracia y tantas más organizaciones deberán sumar esfuerzos para tratar de concentrar esas voces y así poder crear el relato plural, cambiante que demandan los caídos y la incertidumbre del mañana, de ese relato que no se construirá con el "Quién pone el candidato", sino que se construirá con la suma de anhelos para poder decirles una última vez: "Nuestros sueños no caben en sus urnas"(...)pero crearemos la opción en la que quepan nuestros anhelos.



miércoles, 21 de junio de 2017

Sobre tuxpan, el futuro, con ellxs


Eran las 12:30 y éramos recibidos por un túnel donde a través de un mural se podía ver un poco de Tuxpan y su historia rodeada por sus dos paredes, mismas que nos despedirían dentro de algunas horas.

¿Qué nos llevaba ahí? No sé. Tal vez era la desesperanza, la desesperación, el incansable sentimiento de que este país se nos está yendo de las manos, un algo tanto extraño, una mezcla de todos aquellos dolores que de una u otra manera nos generaría la empatía, o interés en el mensaje que los pueblos originarios trataban de lanzar al colocar una vocera que, en teoría, contendrá por la Presidencia de República a través de una candidatura independiente. Sería tiempo de volver a ver a Marichuy (a algunos nos tocó verla en la visita del CNI a Guadalajara, en Casa Iteso Clavigero), de escucharle en calidad de vocera, de compartir con quienes viajamos para encontrarnos y para poder soñar en construir con quienes llevan ya años construyendo.



El evento transcurrió con algunos problemas, retrasando actividades y generando en mi persona un sentimiento algo extraño. Habíamos no más de 80 personas, la mayoría foráneos, los locales ausentes, el machismo presente en la "poesía" de las juventudes comunistas que llamaban a aquellos "putas fascitas" y les mandaban líricamente a chingar a su madre...

Platicando con amigos me percaté de que mi sentimiento era algo compartido. Y es que algo es claro, el CNI se lleva una gran tarea después del Festival por la Autonomía de los Pueblos Originarios de México. La tarea es mejorar la organización, voltear a ver a las bases y preguntarse dónde está la gente de la comunidad en un evento de dicha importancia. ¿por qué éramos foráneos una gran mayoría? ¿qué necesitan ellxs de nosotrxs? ¿qué necesitamos deconstruir nosotrxs para poder ayudarles? Hay respuesta que necesitan de todxs para responderse, hay esfuerzo que necesitan de todxs, para realizarse.
Me tomó tiempo poder procesar un último punto que en ocasiones pudiese parecer obvio, pero dadas las expectativas que hemos creado en torno a Marichuy, al CNI y todos los pueblos originarios, no está de más recordarlo. Los y las compas del CNI son, a final de cuentas, seres humanos y no el endiosamiento que hemos creado en torno a ellxs con nuestro sesgo moderno. No, no son seres mágicos y perfectos. Son mujeres y hombres valientes que han decidido tomar una nueva vía de lucha y que se equivocaron tal vez en este festival, que se equivocarán tantas veces más, pero que de nada sirve si aquellas personas que se emocionan con la candidatura, no se comprometen con la crítica, pero también con el trabajo.




¿Por qué sentir empatía por dicha propuesta? Porque en este mundo tan desencantado se necesita de símbolos, de colectividades, de movimientos que emerjan para integrarnos a todas, a todos. Se necesita disputarles el futuro a quienes nos han quitado el todo. Nos necesitamos.

Habrá que acompañar al CNI para buscar hacia el 2018 sumar fuerzas con ellxs, porque no es México sin ellxs.

sábado, 18 de febrero de 2017

Futuro




El capitalismo. Sí, es el capitalismo.

No, no aceptaré refutaciones banas, absurdas y no centradas en lo teórico con la vista en lo empírico. No aceptaré justificaciones sustentadas en el goce -propio- que invisibilicen al otro dejándolo a su suerte o que homogenicen las diversas realidades que componen a este sistema.
Hoy, hemos sido despojamos. O tal vez fue ayer y no quisimos verlo hasta hoy, pero hay otros peores, los que no quieren verlo.

El despojo no es una acción (i)legal.
El despojo es hurtar sin que les pertenezca.

Nos despojaron de nuestras tierras, de nuestros muertos, del recuerdo.
Nos despojaron de nuestros sueños, de nuestra calle, de la política.
Nos despojaron de aquello que era nuestro, de uno, de todos.
Pero no, no todo está perdido.
Tenemos la pluma, tenemos el papel, tenemos al uno.
Tenemos al nosotros.

Porque mientras no nos despojen de la poesía, de la palabra,
No nos despojarán del poder que hay en la utopía, en escuchar.


Porque nos han quitado los recursos, los sueños y el futuro, hoy es necesario empezar a pensar en qué vemos el despojo.
Está en el ladrón que es acorralado por una decena de persona para tratar de hacer justicia por propia mano, pero, ¿quién hace justicia por él? Él no pasa de los 25 años. También fue niño y soñó, y tal vez todavía sueñe, sino es que ha sido despojado de ello. Posiblemente era un niño que nació en condiciones poco favorables. ¿Habrá sido huérfano? Poco importa, pues robó. ¿Tendrá algún familiar enfermo? Repito, no importa. ¿Qué lo motivó a arriesgarse el pellejo delinquiendo? Una vez más, eso no importa ni importará. Ya fue agarrado y en pocos segundos su cuerpo será impactado por puños, pies y uno que otro objeto que encuentren a la mano aquellos que guiados por una sed de justicia que no puede ser depositada en las instituciones - ¿qué carajos son las instituciones? - harán justicia por propia mano; tal vez lo maten, porque él no merecía vivir, había robado, ¿cómo puede perdonarse eso? ¿cómo puede defenderse la huevonés de una persona? Porque claramente roba para no trabajar, porque si quisiera trabajaría y no le faltaría nada. Estamos en un país próspero, con Justicia Social, somos Democráticos, no somos Venezuela. ¡Ni que fuera comunista para criticar al sistema! Peor aún, antes perro que un pinche chairo que le echa la culpa de su hueva a otros.
¡Merece ser golpeado! ¡Merece ser asesinado incluso! ¿Ser tratado como una persona? ¡Si eso es de animales! -sí, los animales merecen ser asesinados, y roban…-
¿Y si roba porque le han quitado el futuro? ¿Y si golpean porque les han quitado el futuro? ¿Y si en los estadios el fútbol no luce más, luce la violencia, pues tampoco hay futuro?
La necesidad de pensar en un futuro no tiene que ser ligada con una generación de riquezas sino con la generación de un mundo donde quepamos todos, donde no estorbemos por situaciones adversas a nosotros, o donde no seamos ignorados por no ser productivos en términos instituciones -o sistemáticos-. Necesitamos pensar en un futuro donde el robar no sea una opción de supervivencia, donde el "salir adelante" sea un recuerdo que se tenía de generaciones que eran atraídas por la gran promesa del capitalismo: llegar a ser capitalistas.

Una vez escuché a alguien apreciada por mí decir: "Tenemos que negar la realidad que nos niega la posibilidad de ejercer una vida con dignidad".

Necesitamos soñar con un futuro sin capitalismo. Creernos que se puede viviri sin él, y que soñarlo no nos vuelve lo pecadores del S. XX (comunistas), sino que nos regresa la humanidad perdida en el capital, que en consecuencia, trajo xenofobia, racismo, homofobia, guerra, golpes, muertos, desaparecidos, corrupción, indiferencia… Y se llevó, se llevó nuestro futuro.

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jueves, 8 de septiembre de 2016

#RenunciaYa

¿2 años? ¡Ni un día más!

Que se vaya Peña Nieto, ¡y que se vayan todos!

Las instituciones han perdido credibilidad, cercanía y representatividad.
Los mexicanos se ven ya lejanos a la política, por decepción o porque “hay que chingarle para llevar el pan a la mesa”.
Un sector de la población extraña a Calderón, otros no entienden qué hay que extrañar.
Las luchas sociales se dan desde abajo… Entre los de abajo.
Enrique Peña Nieto ha enojado, ha hecho reír al país, pero también lo ha hecho unirse un tanto. Tal es el punto que muchos piden su renuncia, y otros más se cuestionan: “sí, pero y luego, ¿qué?”. Luego habría un precedente, la sociedad de cierta manera quedaría empoderada, pero he ahí un problema pues no es ahí donde debiera terminar esto. Justo el momento por el que pasamos nos obliga a repensar nuestra democracia, nuestra formar de incidencia y nuestra cercanía ante este tipo de problemas. El momento que pasamos es excepcional para que con una renuncia se mandara una alerta a la clase política y una señal para la sociedad, pero la señal para la sociedad es más peligrosa ya que no conviene recordar cuál es la fuerza detrás de una sociedad unida (al menos para los de arriba) El mensaje a la sociedad sería transgeneracional y haría justicia a los que ya no están, el mensaje sería claro, contundente y nos obligaría a repensar nuestra manera de relacionarnos, el mensaje es uno: dejar de lado nuestras diferencias y construir con base en nuestro comunes.


El error no está en creer que la renuncia de Peña Nieto es la solución, el error está en ver la renuncia de Peña Nieto como una derrota de él y no de lo que representa. El error está en no verlo en un triunfo hacia la democratización de los medios,  de los pueblos que reclaman el cuidado de sus tierras, de aquellos que bajo el olvido viven, de las otras las que representan la resistencia frente a los otros, los dominantes.
El error no está en creer que la renuncia de Peña Nieto es la solución, el error está en haber entregado nuestros sueños por temor.

lunes, 11 de abril de 2016

Me convirtieron en un suicida

Este texto no es un desahogue amoroso ni un texto depresivo que busca respuestas a cierto vacío existencial que pudiera sufrir ante un episodio que ha marcado mi vida.

Me resulta suficientemente difícil el ponerle nombre a este texto, y es que habían otros posibles títulos que enmarcarían perfectamente el sentido de esto: "Yo sólo quiero usar la bici", "Mamá y papá me quieren matar", "El gobierno, la sociedad y mis padres como homicidas", etc. Títulos dramáticos porque no hay manera más hermosa de vivir, escribir y leer; títulos dramáticos porque la situación es casi tan patética como mi dramatismo.

¿En qué momento nos volvimos tan auto dependientes? ¿En qué momento perdimos la razón y nos empezamos a quejar del clima y el tráfico desde la "tranquilidad" del auto? ¿En qué momento nos volvimos tan egoístas como para dejar de pensar en los y las que vienen? De un tiempo para acá estas preguntas han estado rondando por mi cabeza ante la nostalgia que da el recordar cuando la gente en Guadalajara podía burlarse del tráfico del DF sin estar atorades en López Mateos. Qué cosas, ¿no? Tampoco pretendo hablar de los problemas de movilidad de esta ciudad que no son menos sino parte del problema que en este artículo pretendo abordar: el aire.
Tengo el tabique desviado, múltiples alergias y en estos momentos rosado el contorno de la boca/nariz por tanto estarme limpiando los mocos. No, no estoy enfermo de gripa sino estoy siendo víctima de mi trastorno suicida, ese trastorno que se manifiesta en atentar contra mi vida día a día; no se trata de un diabético adicto al azúcar o de una persona con cirrosis que no deja el acohol, se trata de una persona enferma de las vías respiratorias que utiliza el carro. Pero, ¿por qué no dejar de utilizarlo? Vaya, el problema es aún mayor. Mis padres ven como un atentado suicida el que quiera comprarme una bicicleta y/o volverme usuario de MiBici, mientras en un acto homicida toman el carro para ir a la tienda de la esquina o al gimnasio, olvidando que emiten razones para matar poco a poco a su hijo y privarle de un medio ambiente digno a sus nietos y sobrinos.

Y tal vez mis alergias sólo sean causa de una mala alimentación o de mi tabique desviado, o qué sé yo. Lo que sí es un hecho es el cómo cocheficamos nuestras vidas a un grado tan ridículo que sólo caminamos para dirigirnos al auto y al sanitario; y podrían alegar algunes que "cada quien su vida", pero esos algunes no saben que están contaminando mi vida.
Las cifras de la OMS en 2013 le quitan el dramatismo a mi texto para acentuar la problemática, esto al dar a conocer que en ese año murieron tres mil personas en la ZMG debido a exposición crónica o aguda con aire contaminado.

Me niego a creer que estemos destinados a llegar a puntos tan ridículos como comprar aire embotellado; me entristece el pensar que en un futuro los niños no puedan salir a jugar; me aterra el pensar que la compresión del diafragma pase de significar la armonía del cuerpo, el oxigenar y llenar de paz cada recóndito espacio del ser, a ser un acto suicida, un acto temido entre un sociedad que fue olvidada y sentenciada por sus antecesores; me causa estupor como los religiosos defensores de la vida y creación de Dios, no elevan su voz para defender a la pachamama que también, que es madre y es creación.



Hasta aquí el resultado de sonarme la nariz y expulsar un poco más que mocos: mi odio, mi miedo.